Hoy día el debate sobre el desarrollo sostenible se ha intensificado ante la inminente crisis climática, evidenciando la necesidad de transformar el modelo económico tradicional en uno que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones.
Para ello, es imprescindible abandonar el modelo actual, centrado en la acumulación masiva de capital y el uso indiscriminado de los recursos, e implementar otro capaz de respetar los límites del planeta, garantizando un equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social.
Ante este paradigma lineal —basado en extraer, consumir y desechar— la economía verde y la economía circular han surgido como alternativas para optimizar el uso de los recursos y minimizar los impactos.

Sin embargo, para alcanzar verdaderamente los objetivos de la Agenda 2030 y que este modelo sea verdaderamente transformador, es imprescindible incorporar, entre otras visiones, una perspectiva de género y, en particular, una visión ecofeminista que reconozca, entre otras cosas, el valor de los cuidados.
Los cuidados, cuya carga recae mayoritariamente en las mujeres, son esenciales para la reproducción de la vida, tanto en el ámbito humano como en el ecológico, aun así, el sistema económico androcentrista lo trata de rol invisible y desvalorizado. La economía de los cuidados se percibe como un gasto en lugar de una inversión fundamental para la sostenibilidad del sistema.
Es necesario desplazar el foco del crecimiento económico hacia el bienestar y la sostenibilidad de la vida en la Tierra entendiendo, como destaca Yayo Herrero, que somos sujetos ecodependientes de nuestros ecosistemas[1].
Por ello, es esencial que la economía verde y a la economía circular incluyan la perspectiva de género de manera transversal para evitar perpetuar desigualdades. “En consecuencia, para hacer mejor economía es preciso ponerse las gafas de género, mirar desde una posición sensible a las desigualdades.”[2]
A nivel de ejemplo, la ética de los cuidados plantea que las relaciones basadas en el cuidado, la empatía y la solidaridad son esenciales para transformar las relaciones de poder[3]. Este enfoque rechaza la violencia—tanto contra las mujeres como contra la naturaleza— y promueve la acción colectiva como medio para generar cambios profundos. Así, se propone una reorientación del modelo de desarrollo que priorice el bienestar y la reproducción de la vida en lugar del mero crecimiento económico.
Por otra parte, es importante destacar como el cambio climático agrava estas desigualdades. Los efectos del calentamiento global y la degradación de los ecosistemas repercuten de manera más aguda en las comunidades vulnerables, donde las mujeres suelen ser las principales gestoras de recursos y cuidadoras de sus familias. La escasez de agua, la disminución de la productividad agrícola y el aumento de fenómenos meteorológicos extremos generan un doble impacto: deterioran el medio ambiente y, al mismo tiempo, profundizan la precariedad económica y social de las mujeres, limitando su capacidad para acceder a servicios y oportunidades de desarrollo.
Por ello, no cabe duda de que es necesaria el diálogo, la conexión y la integración de estas perspectivas: la visión ecologista y la perspectiva feminista. Ambos pensamientos vinculados ofrecen una base sólida para repensar el desarrollo.
De acuerdo con Yayo Herrero es fundamental desplazar el foco del modelo económico tradicional, centrado únicamente en la acumulación de capital, hacia uno que valore lo que realmente posibilita la vida en la Tierra.
Así pues, para abordar la crisis climática y alcanzar un desarrollo sostenible, es imprescindible transformar los modelos económicos actuales integrando la perspectiva de género. Solo así se podrán generar políticas y elaborar estrategias coherentes con los retos que nos plantea la crisis climática de una manera más justa e integradora.
[1] Herrero, Yayo (2014). Economía ecológica y economía feminista: un diálogo necesario. En Carrasco Bengoa, Cristina (Ed.), Con voz propia. La economía feminista como apuesta teórica y política, pp. 219–237. Madrid: La oveja roja
[2] Orozco, A. P. (2014). Subversión feminista de la economía.
[3]Riesgos climáticos desde la perspectiva de género (2025). Curso Medio ambiente y cambio climático con perspectiva de género. Escuela virtual de igualdad Instituto de las Mujeres.